Obra original, pintada en óleo.

Medidas: 0,70 x 1,20 mts

profundidad: 5 cm (bastidor tipo box)

Esta obra de Puerto Madero refleja el contraste arquitectónico que se da en esta zona urbana de Buenos Aires. Por un lado, los docks de ladrillos rojizos, que se han conservado con su valor histórico, en contraposición a los nuevos edificios modernos y brillantes que los rodean. Los docks son un símbolo de la historia del puerto, se han reciclado y su preservación es un testimonio de la importancia del patrimonio cultural en la vida urbana. Por otro lado, los rascacielos que aparecen por detrás, marcan la importancia comercial de esta zona, que no para de construir rascacielos modernos, a la vista de los barcos y veleros que navegan por los diques.

La obra presenta una vista panorámica de Puerto Madero que muestra claramente este contraste. Los docks de ladrillos rojizos se destacan por su antigüedad y su textura rústica, mientras que los edificios modernos y altos resaltan por su elegancia y su diseño contemporáneo, generando un “diálogo” de estilos.